Mirar esta obra es ondular pensamientos de
pasiones, caben en ella extremos de fuego y lucha con los pensamientos
volitivos. No hay tregua, el movimiento excede y se apropia del instinto y
supera la razón. No se ve el color del fuego ni el de la pasión ni el de la
esperanza, porque es una montaña con quebradas grises de un desierto que se
atraviesa en busca de otros ojos, quizás otro universo, otra piel…
Estimado Leo, ¡excelente obra llena de propuestas para llegar más allá del hoy que aprisiona!
©Antonio Guzzo – 16 nov. 2021
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