Dibujar es una
buena costumbre y es así porque es una necesidad elemental para la subsistencia
humana. Antes del barullo comunicacional actual, allá lejos, mas allá incluso
que la prehistoria, utilizábamos, como otras especies, nuestros sentidos y el
instrumento de la voz. Fuimos articulando sonidos y graficamos el camino marcando
árboles, piedras, terrenos…. Y antes de las palabras escritas “dibujamos”
nuestra casa, el entorno, otros seres… caza y pesca, cultivos, el amor, los
hijos… Así también, de niños evolucionamos… oímos, hablamos, garabateamos,
dibujamos… escribimos, cantamos…
Eso hace
Alejandra Carabante… Dibuja su vida, la vida que le rodea… antes que las letras
está el dibujo, que tiene una intensidad mayúscula, la intensidad de cada
persona en la que posó su atención, en cada hecho cotidiano, en cada sentir sin
perder objetividad. Recibir un premio, un magnifico premio es una respuesta
social a una inquietud personal y permanente de comunicar mediante el dibujo y
contar historias desde realidades que la impulsan en cada movimiento de sus
pupilas y corazón que son los hilos que mueven sus manos en el afán de expresar
el interior y exterior de los personajes y seres en sus obras.
Hoy la
tecnología nos da infinitas posibilidades para ser creativos pero el dibujo que
comunica cosas esenciales y profundas, pienso, solo puede hacerse con la magia
de las manos y el lápiz. No creo que la tecnología pueda superar una artista
como Alejandra. ¿En un futuro? ¡No se ¡
Hoy es esencial
y necesario dibujar como ella lo hace. ¡Aprendamos!
©Antonio Guzzo –
2021 06.30
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