Centrada, con un diapasón de valores que desafían mientras más
altos. La mirada lateral ve por sobre el entorno un más allá, quizás no tanto, busca armonizar los colores donde
la ventana de recuerdos persiste.
La otra mirada, la
mirada frontal, sincera, se derrama con la luz, con la música, con tenues
momentos como cálidas columnas de aire le sirven para elevarse y sortear
grietas y abismos.
Esta obra tiene tanta fuerza que llega a todos los
sentidos... es un tobogán que Mónica
equilibra con sentido común... No hablaré de lágrimas, que suelen regar ciertos
momentos, pero eso a su vez, es tan natural! que indefectiblemente lo dice, lo
pinta desde su subconsciente….
Obra expresiva sin
contemplaciones.
Felicitaciones Artista!!
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